martes, 6 de octubre de 2015

“FORMAN RAZA APARTE DE LA HUMANIDAD: SON IDEALISTAS”, por Claudio Javier Castelli



 
DAVID BAIGÚN


A David Baigún in memoriam



La cita del título, es de un libro de José Ingenieros, absolutamente vigente: “El Hombre mediocre”. Muchos lo leíamos en el secundario, y nos prometía que con esfuerzo, dedicación y esquivando la rutina, el servilismo, la falta de voluntad, podíamos luchar por ser personas que fijaran los ojos fijos en las estrellas, y se convirtieran en idealistas.

Los idealistas no tienen buena prensa cotidiana, es muy raro, porque millones de personas durante el siglo XX, dieron su vida por un mundo más justo; muchos no escatimaron la metodología. Baigún era un hombre de paz, de la paz del derecho lúcido, que ubicara vida y obra, en un mismo haz. Todos sabemos la defensa de los presos políticos que acometió, en las décadas del 60 y 70, de la cárcel que conoció, por sus ideas marxistas.

Ideas marxistas de gran sutileza, que abarcaba en una cosmovisión (weltanschauung), que significaban su ventaja para ver el derecho penal, en una comprensión, de una originalidad, que muy pocos han tenido en el curso de la historia en nuestra país, tal vez por eso, sean tan poco leído.

 Sus estudios de derecho penal económico, sobre todo dos libros claves: “EL fraude en la administración societaria” (en compañía de Salvador Darío Bergel), y “La responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas”, Ensayo de un nuevo modelo teórico, (los dos editados por Depalma), son fundacionales en los estudios de derecho penal económico, y la lucha cotidiana, que muchos seguidores, entre quienes se encuentra el que escribe, blandimos sarmientinamente, con la pluma y la palabra, todos los días.

Todo lo que se ha hecho en derecho penal económico, tanto teórica, como en la práctica, desde treinta años, a esta actualidad,  como la creación del CIPCE (Centro de investigación y prevención contra la criminalidad económica –año 2003-), los equipos de abogados querellantes, en materia penal económica, en diversos organismos del estado, tienen su raíz en Tute, y la creación en el Banco Central República Argentina –en los años 80-, del CAEP (Centro de Asuntos y estudios penales), y que el menemismo disolvió, en el 1989.

Tuve la oportunidad de acompañar a Tute, en la batalla del Banco Central, éramos 8 o 9 jóvenes, que lo secundábamos. La verdad generó un gran lío, ningún sistema admite que lo investiguen, y mucho menos el todopoderoso sistema financiero. Quiero recordar a tres nombres: Abelardo Giménez Bonet, y Luis Marcos, que se incorporó después del despido de Tute, y unos años después, del mío, ambos realizaron una destacada tarea, siguiendo los lineamientos de Tute. Así, como Pedro Biscay desde el Cipce, y hoy el BCRA.

Claudio Javier Castelli
Muchos años antes, en 1986, trabajaba como Auxiliar Superior en un Juzgado de Sentencia, y estaba escribiendo una artículo, referente al infanticidio, no recuerdo bien la temática; pero cuando le comenté a Tute, éste me dijo, “pero no Claudio, tenés que dedicarte al derecho penal económico”, desde esa época rodeo esos temas.

En ese tema sí que hay una “Grieta”, de impunidad, abuso de poder e incomprensión por parte del poder judicial, pues analiza a un banquero multinacional, con el mismo prisma del “pibe chorro”. Cuando todas las cátedras de la Facultad de Derecho, de la UBA, al regreso de la democracia, se dedicaban a ponerle límites al estado frente al individuo, justificado, por la represión de la dictadura, y abusaban generosamente de Michel Foucault, la cátedra de “Baigún se ocupaba de discutir el poder real en Argentina y en el mundo: el capital financiero. Hoy muchos catedráticos son distinguidos defensores de los delincuentes económicos, y no tienen problemática con ello. Muchísimos seguidores de Baigún pueblan los organismos del Estado, la Justicia y los Ministerios Públicos, de la acusación y la defensa. La misma creación de la Procuraduría de la Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), en el ámbito del Ministerio Público, tiene la impronta baiguniana.

Tal vez esa lucha de David Baigún, hizo injustamente, que uno de los hombres más brillantes del derecho penal contemporáneo, nunca ocupara un cargo en el Poder Judicial, siempre dedicado a la Universidad, la investigación, la docencia, y el ejercicio de la profesión.

Recuerdo muy bien cuando lo despidieron a Baigún, del Banco Central, en Agosto de 1989, y disolvieron el Centro de asuntos y estudios penales (CAEP), durante la presidencia, en esa entidad, de Javier González Fraga, hoy con chapa de republicano, y fue el ejecutor de una concesión formidable a la “patria financiera”, como el mismo Baigún lo escribió, en una carta, que le dirigió.

Baigún es el nexo, entre los inicios del derecho penal económico en la Argentina, por parte de Enrique R. Aftalión, en los cuarenta y cincuenta, hasta una actualidad, que demuestra que no se equivocó en poner en mira el capital financiero y el delito, por los estragos que hace en el mundo globalizado, sin que muchas respuestas se trabajen desde los países dominantes, es que para ellos, ese capital, es el mascarón de proa, de la espada y biblia de los conquistadores españoles, cuando llegaban a América. Baigún, lo sabía y lo supo antes que muchos otros en el mundo.

Volvamos al principio, el idealismo, supuestamente, para algunos acomodados, es una enfermedad juvenil, no lo entendía así, José Ingenieros, tampoco lo entendió así David Baigún, es un sueño real efectivo, más real efectivo, que muchos colegas, que sin problemática alguna son grandes catedráticos en la facultad de derecho, pero en sus clases, los celulares suenan insistentemente, porque los llaman los delincuentes económicos, y se preocupan de enseñar solamente las garantías del derecho penal, que sirven para sus defensas, y no que un banquero también puede ir preso, como cualquier hijo de vecino, que es una demostración, también real efectiva, de la igualdad ante la ley. Eso nos lo enseño Tute. Eternamente agradecidos.

Sé que Tute no era creyente, me tomo el permiso, de pedir a Dios, de consuelo a Cecilia, y sus familiares, y haga resplandecer el ejemplo de Tute, pues “Jehová conoce el camino de los justos” (Salmo 1:6).

Octubre de 2015.

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